Constantes vitales del caballo
LOS CUIDADOS DE LOS CABALLOS SANOS. CONSTANTES VITALES
No importa las veces que montemos a la semana, o si me dedico en exclusiva a los caballos, o si sólo doy paseos por el campo el fin de semana, o si monto cuando el trabajo, los estudios, o las obligaciones me lo permiten. En cualquier caso, resulta necesario mantener a nuestro caballo en un buen estado de salud. Para obtener la información del estado de nuestro caballo resulta conveniente observar diversos aspectos que nos darán muestra de sus condiciones.
El caballo que está sano está alerta y consciente de su entorno. Se muestra activo y con la cabeza alta observando lo que ocurre a su alrededor. Se apoya en todas las extremidades y no se separará del grupo. Camina con facilidad y con pasos regulares repartiendo su peso uniformemente entre sus extremidades. Pasará gran parte del día levantado y si está tumbado y nos acercamos se levantará rápidamente. Sus ojos estarán limpios, brillantes y sin lágrimas. La mayoría de los animales tienen las orejas erectas moviéndolas en la dirección de cualquier sonido. El hocico no presentará mucosidades. Masticará sin gotear saliva. Si la masticación es lenta o no mastica bien habrá algún problema en los dientes. El brillo del pelo es síntoma de buena salud. La respiración durante el descanso será suave y regular presentando de 8 a 15 movimientos por minuto, aunque en temporada de calor, el ritmo puede alterarse, el pulso oscilará entre las 35 y 40 pulsaciones por minuto cuando el animal esté en reposo y la temperatura normal está entre 37.5 y 38 grados centígrados. Las heces serán firmes y la orina será clara o de color amarillo pálido.
El sistema cardiovascular. Constantes vitales
El conocimiento del sistema cardiovascular de nuestro caballo nos permite mejorar su estado físico y técnico, implementar prácticas saludables que mejoren su estado de salud, disminuir el riesgo de lesiones y acortar el tiempo de las recuperaciones. Los latidos o pulsaciones serán una referencia constante del en el seguimiento del estado físico de nuestros caballos.
El sistema cardiovascular se compone del músculo cardiaco (corazón) y de las venas y arterias que recorren el cuerpo del caballo. El corazón bombea la sangre que es conducida por todo el cuerpo del caballo a través de las arterias y que vuelve al corazón por las venas. Su función principal es la de transportar las sustancias beneficiosas a las células y recoger las sustancias de deshecho para después eliminarlas. También se encarga de la termorregulación.
Un caballo en reposo tendrá de media entre 35 y 40 pulsaciones por minuto, pudiendo tener menos los caballos que tengan una buena preparación física y más los que presentan alguna patología. La frecuencia cardiaca puede alcanzar las 28 pulsaciones por minuto.
Toma de pulsaciones
Para tomar las pulsaciones podemos seguir dos procedimientos, de forma manual, con los dedos índice y corazón juntos, o con un fonendoscopio o un pulsómetro.
- De forma manual:
- En las arterias y venas superficiales que llegan al ojo
- En la cara interna del maxilar inferior izquierdo justo donde comienza el carrillo.
- En la cara lateral externa de la cuartilla, en la arteria digital, nos mostrará las posibles alteraciones en la cuartilla, el hueso navicular, el tejuelo o las estructuras del casco.
- Ayudados de aparatos:
Tanto el fonendoscopio como el pulsímetro los colocaremos cerca del corazón, en la zona denominada como el paso de la cincha, detrás del codo izquierdo del caballo.
Seguimiento periódico de las pulsaciones. Beneficios.
Si realizamos un seguimiento periódico de las pulsaciones de nuestros caballos al menos una vez al mes, nos permitirá evaluar si la forma física de nuestro caballo evoluciona favorablemente. Además, si conocemos las pulsaciones de nuestro caballo tendremos la referencia de su estado normal para poder valorar cuando el caballo presente alguna alteración. Al hacer este seguimiento ayudamos a nuestro veterinario y sobre todo a nuestro caballo, que le reportará enormes beneficios:
- Al evaluar las cojeras, comprobaremos en la extremidad afectada la presencia o ausencia de calor en el casco y si el pulso es más evidente de lo habitual en la arteria digital será indicio de inflamación, ya que el organismo está llevando sangre a esa zona.
- El sudor es un mecanismo de termorregulación, por lo que deberemos dosificar el ejercicio para que estos mecanismos entren en funcionamiento lo más tarde posible y que no tenga la pérdida de agua y sales minerales necesarias para la transmisión de impulsos eléctricos a los músculos.
- El conocimiento y regulación del uso del sistema cardiovascular nos es útil a la hora de planificar el ejercicio o las actividades bajo temperaturas extremas (mucho frío, o mucho calor), con lo que, en invierno, la fase de calentamiento del caballo la enfocaremos a activar el sistema cardiovascular de tal forma que adquiera la temperatura deseada lo antes posible.
- Es importante conocer que algunas estructuras tienen poca irrigación sanguínea como pueden ser los tendones, con lo que en caso de lesión o sobrecalentamiento, el sistema cardiovascular dispone de pocas defensas para combatirlas. Por esta razón, es importante refrescar los tendones después de cualquier actividad física que realicemos con agua fría o gel.
- Cuando se asustan o se excitan, les suben las pulsaciones, y esto puede ser un arma más para el jinete o preparador a tener en cuenta a la hora de trabajar con el caballo. Algunos caballos no muestran exteriormente su estado, pero con el pulsímetro podemos detectar si nuestro caballo se excita cuando va a realizar un esfuerzo, aunque no muestre su estado. El conocimiento de su estado nos da poder sobre el caballo, ya que cuando notemos que se altera, siempre podemos realizar alguna parada para que bajen las pulsaciones y se tranquilice.
- El uso del pulsímetro nos puede ayudar mucho en la preparación de algunas pruebas deportivas. Podemos conocer el tiempo de recuperación del caballo y nos ayudará a estar preparados para la competición sin que el caballo se encuentre cansado.
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