Cuidados: El estabulado del Caballo
EL CABALLO ESTABULADO. ¿QUÉ DEBEMOS SABER?
El caballo es un animal caracterizado por vivir en libertad. La estabulación modifica la forma de vida natural que el animal tiene en el campo y lo conduce a un cambio de costumbres innatas. Por ello, el objetivo primordial de la estabulación debe ser proporcionar las condiciones básicas de un medio artificial que trata de reemplazar su estado habitual en libertad.
El caballo que vive estabulado debe tener unos cuidados primordiales como la alimentación basada en una dieta regular y equilibrada, la sanidad y la limpieza para que el caballo se encuentre siempre aseado, el bienestar en unas instalaciones adecuadas y limpias y la observación por parte de las personas que lo cuidan para que le hagan sentirse cómodo y seguro.
Cuando tenemos un caballo estabulado debemos conseguir que se encuentre de la manera más parecida posible a su entorno natural. Por eso, el establo o la cuadra en la que el caballo se encuentre debe tener las mejores comodidades posibles para que esté en un entorno agradable y sobre todo que sea cómodo para nosotros.
Para emplazar el establo debemos tener en cuenta la luz y la humedad del terreno, ya que debe ser un lugar bien iluminado, seco, ventilado y cálido, pensando en el verano y en el invierno. La cuadra de un caballo nunca puede medir menos de 3,50 x 3,50 x 3 metros. El suelo será de cemento y contará con un buen sistema de desagüe. Las paredes no serán muy altas, en las que puede colocarse una reja para que, si hay más caballos, puedan relacionarse con el resto. Debe tener vistas al exterior o a una zona abierta que el caballo pueda ver. Dispondrá de comedero y bebedero que habrá que mantener siempre limpios y retirar la comida que le sobre para evitar que se fermente y se lo coma llegando a provocar daños considerables e infecciones. Si la cuadra es aislada o colectiva se construirá de diferente forma. Las puertas de las cuadras aisladas serán de dos piezas, inferior y superior, en la que se colocarán dos cerrojos, uno arriba y otro abajo. La parte superior siempre estará abierta para que de libertad al caballo para poder ver el entorno y solo se cerrará cuando el tiempo sea malo. El techo sobresaldrá un metro de la pared para que, aunque llueva, el caballo pueda asomarse sin mojarse. Las cuadras colectivas serán divididas por un pasillo central al que mirarán los caballos, con dos puertas en los extremos y ventanas para ventilar.
La cama que le pongamos en la cuadra puede ser de paja, viruta, serrín o papel triturado. Lo más recomendable es la paja ya que es muy socorrida, su precio no es muy elevado, mantiene una buena temperatura, es cómoda y es de excelente drenaje porque mantiene entretenido al caballo masticándola. Debemos mantener siempre limpio el suelo de la cuadra. Se limpiará a diario, retirando la paja sucia o húmeda. Cuando limpiemos el suelo de la cuadra, retiraremos toda la paja, desinfectaremos y pondremos paja limpia, que nos ayudará a prevenir al caballo de posibles infecciones y enfermedades.
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