Problemas mala alimentación Caballo
PROBLEMAS POR MALA ALIMNETACIÓN DEL CABALLO
El cuerpo del caballo está desarrollado para ingerir pequeñas cantidades de plantas fibrosas durante un largo periodo de tiempo cuya fibra actúa en el intestino grueso garantizando la digestión.
Pero en la actualidad, cada vez son más los caballos que se alimentan de cereales para lo que su cuerpo no está preparado y es cuando surgen los problemas porque este alimento pasa rápidamente al intestino grueso y en ocasiones sin terminar de digerir. No pueden vomitar por lo que todo que ingiera llegará a su intestino, de ahí su gran vulnerabilidad a las plantas tóxicas, al moho y a otras sustancias.
Cólico: es el mayor y el más común de los problemas digestivos del caballo que puede causarle hasta la muerte. Los síntomas del cólico son dolor intenso, repentino, intermitente o continuo del sistema gastrointestinal o de las vísceras abdominales. Puede ser causado por la mala circulación del tránsito intestinal, desequilibrio alimentario, causas tóxicas o un fuerte parasitismo. La alimentación es, por tanto, el punto más importante para prevenir la aparición de cólicos.
Laminitis: es una inflamación de las láminas interiores del casco producido por traumatismos, enfermedades infecciosas o por una alimentación incorrecta. Suele aparecer por sobrecargas alimenticias, por cambios radicales a alimentos más ricos o en mayor cantidad. El más común es por exceso de carbohidratos solubles de césped y almidón de grano. Se recomienda evitar la avena y los cereales y aumentar la fibra.
Problemas musculares: el más común es la miopatía, enfermedad del tejido muscular provocada por una dieta con una elevada presencia de grano que produce un excesivo almacenamiento de carbohidratos en el músculo. La solución es reducir el grano y suministrar energía adicional con grasa y fibra muy fermentable como la pulpa de remolacha.
El suministro de vitamina E resulta muy importante para evitar la enfermedad del músculo blanco en los potros. Aparece en los primeros días de vida y presenta problemas en la marcha y alteraciones cardiorrespiratorias que pueden causarle la muerte.
El “golpe de sangre” también es otro problema importante derivado por la acumulación de ácido láctico en el interior del músculo debido a un intenso trabajo prolongado tras un periodo de reposos sin reducción del aporte energético.
Problemas óseos: el raquitismo en el potro y la osteomalacia en adultos son problemas en la trama proteica de los huesos provocados por un déficit de minerales como el calcio y el fósforo, asociado a una falta de vitamina E. además, el exceso de fósforo puede provocar osteofibrosis.
Infecciones: si el animal no está bien alimentado está más expuesto a todo tipo de infecciones. Alergias, dermatitis, heridas que no se curan pueden ser síntomas, por lo que conviene realizar un análisis de sangre para determinar el estado de sus defensas y, en función de los resultados, aportar antioxidantes en su dieta, que no estarán de más si aportamos alguno en su dieta diaria a modo de prevención.
Tapón esofágico: es producido por la glotonería del animal. Si le damos el grano demasiado pequeño, puede que en ocasiones no lo mastique bien y que, al no digerirlo, provoque un tapón en el esófago del caballo. Este tapón puede provocar que los alimentos sean enviados a las vías respiratorias y provoque una neumonía por aspiración. La solución es vigilar el tamaño del grano y que no sea muy duro, además de dejarle comer con tranquilidad y sin meterle prisas.
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